Correr con altas temperaturas, como regla general, genera un aumento de temperatura que puede reducir el rendimiento de los deportistas entorno a un 20-30%. Este porcentaje varía ya que afecta más a hombre que a mujeres. También afecta más a personas mayores que a jóvenes.

Runners bajo el sol

El efecto que tiene el calor sobre nuestro es que nuestro cuerpo debe esforzarse más para termoregularse. Es decir, nuestro cuerpo debe mantener la temperatura adecuada para funcionar. La forma que tiene el cuerpo de controlar la temperatura es a través de la sudoración.

Cuando corres con altas temperaturas, la temperatura del cuerpo asciende.

Para contrarrestarlo, el cuerpo ha de sudar más. Obviamente esto supone una mayor pérdida de líquido.

Con ello, no sólo se pierde agua si no también sales minerales, que son vitales para el buen rendimiento del ciclista. Así pues, el cuerpo puede entrar en fase de deshidratación.

Cuando aumenta mucho la sudoración y no reponemos líquido y sales minerales el cuerpo puede entrar en deshidratación.

Cuando sudamos mucho la sangre comienza a circular con menor volumen. El cerebro la distribuye hacia la piel para que ésta sea capaz de seguir trabajando y controlando la temperatura del cuerpo. La presión arterial también disminuye.

Se realizó un mismo entreno, uno de ellos a 20 grados y otro a 40 grados para poder comparar la frecuencia cardíaca entre los dos entrenamientos.

grafica rendimiento vs temperatura corriendo
Gráfica temperatura VS Freq. cardíaca

La forma de combatir la bajada en el rendimiento deportivo por culpa del calor es bebiendo mucho.

No sólo agua si no también sales minerales.

Para ello disponemos de bebidas isotónicas, geles capsulas de sales que pueden ayudarte a mantener tu hidratación durante más tiempo y retrasar la desidratación.

La gente físicamente activa logra mantener la euhidratación, esto es, un nivel de hidratación normal y equilibrado, sólo si ingiere suficientes fluidos antes, durante, y después de la actividad física. La capacidad de compensar las pérdidas de fluidos con la reposición está limitada por las tasas máximas de ingesta, vaciamiento gástrico, y absorción intestinal.

Bajo condiciones de calor y humedad, la tasa de sudoración puede rebasar estos límites fácilmente.

Durante la actividad física, la meta de la ingesta de fluidos debería ser compensar la pérdida de líquido por sudoración o, cuando las tasas de sudoración son demasiado altas, el reponer tanto fluido como sea posible.

Esto se logra tomando pequeñas cantidades (125 a 500 ml de fluido) con regularidad, más o menos cada 15 minutos.

La cantidad y la frecuencia deben ajustarse conforme a la tasa de sudoración y a la tolerancia a la ingesta de fluido de cada persona.

La pérdida de líquido durante una sesión de ejercicio se puede calcular pesando a la persona desnuda y seca, antes y después del ejercicio: 100 gr de peso perdido representan aproximadamente 100 ml de sudor.

Aún así nuestro consejo es evitar siempre las horas de mayor calor, sobretodo en verano y si no es posible, buscar zonas con sombra, acortar el tiempo de entreno e hidratarse antes, durante y después.

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