Hoy en día tener un entrenador personal de running no es algo propio de “frikis” o de gente obsesionada con las marcas. Cada vez más runners optan por esta opción, bien sea bajo el modelo de entrenador personal, que les hace sesiones personalizadas en exclusiva o con un grupo de entrenamiento, que adapta los entrenamientos de forma colectiva.

Hay una cosa que no podemos negar, que es el hecho de que, aunque sea un poco, si salimos a correr a menudo, ya estaremos mejorando cada día. Nuestras piernas poco a poco estarán más fuertes y nuestro cuerpo responderá mejor al ejercicio. Posiblemente, con el paso del tiempo, vayamos incrementando nuestro número de kilómetros y/o intensidad. En algún momento te planteas retos en forma de carreras, o empiezas a hacerte preguntas como “¿en cuánto seré capaz de correr 10 kilómetros?”. Estos síntomas indican que lo que necesitas es un entrenador.
Pero ¿cuándo sé que necesito un entrenador para mi actividad de carrera?

Un entrenador es la manera más rápida de mejorar. Si quieres batir tus tiempos, preparar una distancia más larga o simplemente sacar el máximo de tu actividad deportiva, necesitas a alguien que te ayude. No siempre basta con seguir los consejos de los entrenamientos que podemos encontrar en revistas o en la web. Un entrenador adapta el trabajo específico a cada corredor. A sus condiciones, pero también a su forma de vida.

Evitarás lesiones. Una de las ventajas de tener un entrenador es que te ayudará con tu técnica de carrera. Cuando corremos de forma solitaria no prestamos atención a cómo corremos. Sin embargo, un preparador incorpora en sus rutinas ejercicios que te ayudarán a mejorar tu técnica de carrera y por lo tanto, te lesionarás menos, al tiempo que serás más eficiente en tu carrera. Los entrenadores también te pueden aconsejar sobre estiramientos o ejercicios de fuerza que necesites para fortalecer zonas más propensas a lesionarse, y te aconsejarán cuándo parar o seguir entrenando o si tienes molestias.
Organizar tu temporada. Muchas veces nos apuntamos a carreras sin pensar o sin un orden aparente. O al contrario, puede que haya épocas que no sepamos qué retos ponernos. Tener a alguien que te haga seguimiento te puede ayudar a definir los objetivos de la temporada, estableciendo épocas de más carga o de descanso cuando sea necesario. Vencer a la pereza. Con un entrenador o grupo de entrenamiento tendrás una motivación extra para salir de casa. Sobre todo cuando hace mal tiempo es más importante. Las sesiones presenciales uno o varios días de la semana son la excusa perfecta para “obligarnos” a mantener la rutina. Esos días no nos preguntamos si nos apetece o si hace más o menos frío. Tan sólo salimos a entrenar “porque es lo que toca”. Vivir más el deporte. Los entrenadores son personas que viven por y para el atletismo. Muchos de ellos son o han sido atletas profesionales. Por lo tanto, estarás más en contacto con el mundo del running, conociendo más cuándo son las competiciones oficiales, siguiendo las carreras y conociendo en definitiva más de este mundillo. Pero puede que la ventaja más importante es que te permite salir de la rutina. Tener un entrenador no significa que vayas a mejorar inmediatamente o que todo el mundo que entrena en grupo corre más rápido. El efecto más inmediato y asegurado es que estarás introduciendo una novedad que te hará disfrutar más tu afición
Artículo de http://carreraspopulares.com/