
Ahora que estamos a las puertas de septiembre, la mayoría de “runners” estamos como locos empezando la “pre-temporada” y mirando calendarios de carreras a las que nos podemos apuntar (si la situación sanitaria lo permite) para poder continuar haciendo lo que más nos gusta: correr!
¿Pero cómo debemos plantearnos una temporada? ¿Cómo elegimos nuestros objetivos? ¿Corro solo y ya está, o debo hacerlo de alguna manera más ordenada?
Hoy os traigo unos cuantos “tips” para que sea más fácil cumplir vuestros sueños/objetivos como corredor.

Antes de nada, debemos elegir “qué queremos conseguir”. Este objetivo puede ser más o menos “grande”, pero si es un objetivo muy ambicioso, deberemos dividirlo en subfases o subobjetivos que cumplan la regla conocida como SMART: e(S)pecífico, Medible, Accesible, Reforzante y Temporal.
Índice del artículo
S – SPECIFIC (objetivo específico)
Un objetivo deber ser específico, concreto, detallado. Vamos a verlo con un ejemplo:
“Quiero correr la Maratón de Valencia” VS “Quiero conseguir correr la Maratón de Valencia en 3 horas 30 minutos”. Saber la distancia que quieres conseguir correr (a dónde quieres llegar) y el ritmo que quieres llevar, ayudará a que el esfuerzo sea más focalizado y podamos dividir el gran objetivo en metas, más pequeñas (pero igual de concretas) que permitirá irlo alcanzando poco a poco.
M – MEDIBLE (Objetivo medible)
Es importante que el objetivo se pueda medir de manera cuantitativa, para poder calcular la progresión. Lo que se puede medir es lo que se puede mejorar (y es lo que más reforzará, al ver que tus pequeños logros se van consiguiendo).
Si usamos el ejemplo anterior “Quiero conseguir correr la Maratón de Valencia en 3 horas 30 minutos”, podremos programar, junto a un entrenador profesional, e ir aumentando progresivamente el número de quilómetros que vamos alcanzando y llegar finalmente al objetivo planteado, cuantificando los quilómetros y ritmos que quiero conseguir en cada entrenamiento.
A – ALCANZABLE (Objetivo alcanzable)
El objetivo que nos planteamos debe ser alcanzable, realista, estar dentro de nuestras posibilidades.
Siguiendo el ejemplo anterior, si llevamos tiempo corriendo y hemos hecho ya unas cuantas medias maratones con un ritmo “alegre”, un objetivo realista será “llegar a correr la maratón en 3 horas 30 minutos”.
En cambio, no nos plantearemos correr una maratón en 2 horas, puesto que imposible que lo logremos, a no ser que seamos Kipchoge.
La frase de “si quieres, puedes”, no siempre es cierta. Sería más acertado decir: “si quieres, es más probable que puedes, pero debes esforzarte mucho, luchar, entrenar… y a pesar de eso, no todo se puede”.
Plantearnos un objetivo no alcanzable puede llegar a ser muy frustrante por la dificultad que nos suponga llegar a él y lo más probable es que lo abandonemos.
R – REFORZANTE (Que nos cree ilusión)
El objetivo que nos planteamos tiene que ser reforzante para nosotros, nos tiene que hacer ilusión y, a poder ser, nos debe ayudar a alcanzar “algún premio”, que muchas veces es personal “de amor propio”.
Por ejemplo, me puedo decir “me hace mucha ilusión cruzar el arco de meta por el pasillo azul de la Ciudad de las Artes, porqué será la primera Maratón tras ser mamá, y me quiero demostrar a mí misma que puedo hacerlo”.
T- TEMPORAL (Definido en el tiempo)
El objetivo que nos planteamos debe tener un tiempo definido para conseguirlo. No es lo mismo decirse: “quiero conseguir correr, algún día, una maratón”, que decir “el 5 de diciembre (día en que se celebra la Maratón de Valencia, quiero acabarla en 3 horas 30 minutos”. Esto hará que podamos dividir el objetivo en mini metas, a nivel temporal, hasta llegar a la fecha deseada.
Así, que un buen objetivo sería: “QUIERO LLEGAR A CORRER LA MARATÓN DE VALENCIA EN 3 HORAS 30 MINUTOS, EL 5 DE DICIEMBRE DE 2021”, PERO ANTES, DEBO HACER LOS 10K EN ……. MINUTOS, LA MEDIA EN ……. MINUTOS, etc.
A QUÉ ASÍ ES MÁS FÁCIL???
Y CUÁL ES TU OBJETIVO PARA ESTA TEMPORADA???

VANESSA OLMOS OLIVÁN
Psicóloga General Sanitaria (col. 13.086)
Experta en Psicología del Deporte